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Chile: Acerca del Proceso Constituyente

by reenvia Red Latina sin fronteras
Chile:
Acerca del Proceso Constituyente
Entrevista al profesor Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia.
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Chile
Acerca del Proceso Constituyente
Mario Aguilar, Presidente del Colegio Profesores y Profesoras entrevista al profesor Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia.

enlace
(video) Entrevista completa al profesor Gabriel Salazar
https://youtu.be/v0woJBw2JG8
https://www.youtube.com/watch?v=v0woJBw2JG8&feature=youtu.be
A continuaciòn extractamos nuestros apuntes, transcripciòn parcial de Red Latina sin fronteras para ser utilizados en nuestros Cìrculos de Reflexiòn y Estudios “Alternativas y Resistencias” (C.R.E.A.R.) circulosdeestudio [at] hotmail.com
(…) entre1938 y 1973 estuvimos dominados por una Constitución ilegítima: la de 1925.
(…) todos los políticos decían que lo más importante de todo era respetar la Constitución, respetar la ley. Que Chile era un modelo en toda América Latina, por el hecho de que nuestras instituciones políticas tenían una estabilidad excepcional, porque somos un pueblo respetuoso de la ley. Incluso Allende cuando tuvo que hablar en las Naciones Unidas dijo vengo de un país lejano donde se respeta la Constitución y la ley. No dijo: vengo de un país lejano donde se respeta rigurosamente, escrupulosamente, una constitución ilegítima.
(…) no entraba en nuestra cabeza política, en nuestras consideraciones políticas el problema de la legitimidad de la ley, de la Constitución, del sistema político, etc.
En cambio hoy día somos conscientes de esto (…) Creo que hoy día justamente la palabra clave en nuestra movilización política, es precisamente el tema de la legitimidad y eso significa que ninguna ley puede pretender tener validez y menos coerción sobre la masa ciudadana, si no tiene en su origen, la participación de la ciudadanía en la formulación del articulado constitucional que nos va a regir después por varias décadas. Fue tan profunda en la conciencia política de la ciudadanía entre el 38 y hasta el 2000 la idea de que la ley es la ley y hay que obedecerla que mucha gente hasta el día de hoy no tienen conciencia del problema de la legitimidad y si hay otra constitución ilegítima lo mismo y peor que la del 25 es la del 80. Entonces yo creo que aquí hay una situación muy interesante porque ahora estamos planteando en esos términos, si la ley no tiene nuestra participación como ciudadanos, nuestra participación soberana, entonces esa ley por ser ilegítima no merece ni debe ser obedecida. Está el tema de la desobediencia civil que se ha planteado desde la época de Santo Tomás de Aquino en adelante, que la ley injusta, ilegítima no debe ser obedecida y eso es lo interesante.
(…)
Que pasó en el 25, porque fue ilegítima esa Constituciòn…
Ocurrió entonces el año 1924, en el mes de septiembre del 24, el ejército la oficialidad joven del ejército, se declaró en rebeldía, organizó una asamblea militar democrática, donde por dentro se abolieron los grados y se realizó -lo que ellos llamaron- una operación quirúrgica porque extirparon lo que ellos llamaron la gangrena política que infectaba el estado nacional desde hacía un siglo y dieron un golpe de estado incruento.
Cerraron el Congreso Nacional después de obligarlo a hacer aprobar las leyes sociales que estaban detenidas por treinta años. Lograron que el presidente Alessandri se autoexiliara en Italia, extirparon la gangrena despejaron el camino y convocan al pueblo entonces a una elección libre, -está en su manifiesto del 11 de septiembre de 1924- para que el pueblo expresara su voluntad soberana dictando una nueva Constitución. Un golpe militar. Inmediatamente buscaron el apoyo de la clase trabajadora, el movimiento popular, lo consiguieron y por primera vez en la historia del siglo XX se produjo la aparición de un frente
cívico militar que luchaba por una Asamblea Constituyente libremente electa, legítima por tanto. Se complicó la cosa porque los militares no sabían organizar una Asamblea Constituyente, los trabajadores tampoco. Igual que hoy día
no sabemos cómo organizar bien y resultó entonces que en la duda -habiéndose acordado y los militares apoyándo que había que convocar una asamblea constitucional constituyente libremente electa- dijeron que vuelva el
presidente, que vuelva del exilio, termine su mandato y él presida el proceso constituyente convocando y organizando una Asamblea Nacional Constituyente. Alessandri vino y desafortunadamente la asamblea militar ciudadana revolucionaria se autodisolvió por distintos problemas.
Alessandri se encontró como árbitro de una situación constituyente como esa y él en lugar de llamar una Asamblea Constituyente, designó a dedo los miembros de un comite, no una asamblea, un comité constituyente y con ese comité compuesto de sus conocidos y amigos y él con voz de mando ahí -porque tenía muy mal carácter- prácticamente dictó la Constitución de 1925. Por lo tanto esa Constitución fue ilegítima y esa duró hasta 1973. Y todos los políticos de centro, derecha e izquierda terminaron por aceptar -después del año 36 -sobre todo- la constitución de 1925 y juraron obedecer y la obedecieron. Y le obligaron al pueblo también a obedecerla y le exigieron a los militares obedecer ciegamente -por respeto a la ley- a una Constituciòn ilegítima…
Por eso es que desde el 36, más o menos, al 73 jamás hablamos de la legitimidad y todos los políticos -por razones largas de explicar- aceptaron esa Constitución y juraron defenderla y la defendieron. Incluso Allende que se suicida al final en honor y respeto a la Constitución que lo convertía en el primer magistrado revolucionario de la historia de Chile.
Hoy día en cambio, tenemos aquí clarito el tema de la legitimidad y lo dice el cartel que muestra la compañera profesora (…)
(12:56) Mario Aguilar:
(…) la crítica es mayoritaria, que acaba en un proceso que se despierta muy fuertemente el 18 octubre, pero que viene de antes como deseo de recuperación de soberanía (…)
Creo que lo que se reclama, si bien es cierto están presentes las demandas sociales de salud, educación, previsión, sueldo; en fin las demandas de los derechos sociales, yo creo que hay un fuerte componente identitario, (…)
Por eso también tanta presencia de la bandera mapuche en las marchas, más cantidad de banderas mapuche que bandera chilena; fue bien impresionante eso. Ahí hay un pueblo que quiere que recuperar su soberanía porque a su vez que con eso recupera su identidad, recupera el reconocimiento de su identidad. En la marcha del millón y medio el 25 de octubre del 2019, creo que sentimos hay un fuerte componente de la integración de un pueblo diverso (…) ese día en la Plaza de la Dignidad. Yo lo tengo atesorado como un momento casi sublime, como como sensación emocional el haber estado ahí porque éramos un pueblo que se juntaba, éramos un pueblo que quería recuperar su participación, recuperar su dignidad su soberanía. No no era solo que suban las pensiones o que mejoren los salarios, o que tengamos mejor acceso a la educación. Eso estaba, pero si uno mira los mensajes de los carteles habían cosas muy hermosas que tenían que ver más bien con solidaridad, con hermandad…
(…) ese día fuimos fuimos muchos pueblos que nos uníamos: el pueblo mapuche, el pueblo mestizo, el
pueblo inmigrante, nos juntamos y nos hermanamos.
Una nueva Constitución generada a través de una Asamblea Constituyente que sigue siendo la demanda que muchos levantamos y que no hemos renunciado a ella. Que no es lo mismo que convención constitucional, a mi parecer no es lo mismo como dicen algunos. Una Asamblea Constituyente no consiste sólo en votar para elegir unos cuantos delegados, 155 en este caso, que después van a redactar la Constitución.
Para mí una asamblea constituyente es un proceso donde se genera efectiva deliberación por todo el país por todo el territorio, por todos los pueblos, por todas las ciudades, por todos los barrios y la gente delibera, opina, construye y levanta sus propuestas de lo que debiera ser un nuevo pacto social en el país. El nuevo pacto social puede surgir de una Asamblea Constituyente donde estemos todos, donde todos hayamos participado, independiente que al final se llegue a una instancia donde hay delegados. Pero esos delegados vienen elegidos desde sus territorios y
vienen con mandato. Eso es muy distinto a una convenciòn constitucional en donde la única
participación ciudadana va a ser votar, votar en octubre y votar en abril y el resto del tiempo es observar lo que los otros van a hacer. Y que básicamente de acuerdo al sistema electoral que están propiciando va a ser la clase política la que va a estar ahí (…) eso están fraguando.
Y nosotros seguimos creyendo que lo que hay que hacer es empujar y jugarsela por una Asamblea Constituyente…
(18:10) Gabriel Salazar:
(…) lo que están en disputa no es un tironeo entre políticos, de clase política o idea, yo creo que lo que está en disputa es la identidad nuestra como ciudadanos soberanos, porque en 200 años desde 1830 hasta el día de hoy, no hemos sido ciudadanos soberanos, porque justamente lo que hizo Portales fue extirpar la soberanía de los pueblos, de las comunidades locales, de los ciudadanos, para instalarla en la ley y en los gobernantes que esa ley
determinaba. Y defendidos por un ejército cuya misión en Chile fue durante mucho tiempo proteger esa élite que se erigió de esa manera y que había usurpado la soberanía. Entonces el problema nuestro es que no hemos asumido en plenitud la identidad real que le corresponde a la ciudadanía, que es el ser soberano. Y hoy día justamente lo que està en disputa, en nosotros mismos, dentro de nosotros mismos, es de alguna manera derrotar este ciudadano de tercera categoría en que nos convirtieron doscientos años de dominio de constituciones ilegítimas, no legítimas, que protegieron una clase política que no nos representó nunca y defendida por un ejército que defendió esa élite y no nos defendió a nosotros. Entonces hoy día tenemos que conquistar para nosotros, de nosotros mismos y a lo mejor contra nosotros mismos; el ciudadano realmente soberano y eso es una operación revolucionaria -por así decirlo- que no se proyecta en las estructuras exteriores, que no se pelea en la calle, que no se pelea contra los carabineros, se pelea contra o dentro de nosotros mismos. Creo que eso es lo más profundo que estamos viviendo, es el tema de la identidad, que también me parece fundamental y revela por que admiramos tanto lo que pasa con el pueblo mapuche. Porque si hay un pueblo en el mundo que haya defendido su identidad soberana o de autonomía cultural e identitaria, de su relación orgánica profunda, comunicativa, con la naturaleza, ese es el pueblo mapuche. Si hay un pueblo en el mundo que se ha mantenido con una identidad soberana a flor de piel es el pueblo mapuche. Y por eso yo creo que dentro de nosotros se andaba en busca de una identidad soberana igual en lo posible -o más complicada a lo mejor- que la del pueblo mapuche es que su bandera también nos representa y nos representa mucho más profundamente que la bandera chilena. Hay que decirlo tal como suena, porque la bandera chilena fue construida para representar a una nación, un territorio amplio de dominio desde un poder central que era la oligarquía de Santiago, ellos inventaron Chile, por eso los guasos durante mucho tiempo, durante siglo 19 comienzos de los 20, sintomáticamente decìan “voy a Chile” por decir voy a Santiago. Porque su patria real no era la nación que inventaron los de Santiago; era en verdad la comuna, el territorio, la localidad, el pueblo, el lugarcito, el lugareño, donde ellos habían crecido, se habían formado, donde trabajaban, donde tenían su vida, esta identidad nacional fue un invento de los vencedores en la batalla de Lircay (abril 1830) y la Constitución del 33.
La verdadera identidad soberana del pueblo no se da en lo nacional se da en lo local, se da en la comuna, se da en el lugar donde el pueblo vive y donde el pueblo trabaja. Entonces por eso es que la bandera el pueblo mapuche, es para nosotros tiene un contenido mucho más profundo de identidad soberana, de identidad verdaderamente ciudadana en el sentido de la soberanía.
Yo estoy de acuerdo con Mario en eso de que la bandera mapuche se metió entre medio y llegó a ser casi dominante sobre la chilena, porque representaba eso. Y una identidad que tiene siglos de lucha por mantenerse y siglos para atrás, no sabemos hasta dónde de existencia natural, porque a final de cuentas la soberanía es un derecho natural. No es un derecho político, el hecho político es una concepción establecida por los que dictan la constitución; la soberanía es un derecho natural, es el derecho que tiene toda comunidad humana. Es un derecho humano inalienable por el cual esa comunidad se da a sí misma el orden social, político, económico, que ella estima conveniente para convivir, para desarrollarse y para alcanzar la plenitud de existencia que se pueda alcanzar en este mundo. Entonces de acuerdo contigo en el sentido de que el problema de fondo acá es el problemas de la identidad, de nosotros con nosotros mismos. Si logramos de verdad, deshacernos de este “ciudadano igual un voto”, de este “ciudadano igual pliego de petición”, de este “ciudadano igual tiro piedras porque estoy protestando porque no me satisfacen mis demandas”. No digo que haya que olvidarlo, digo que integremoslos a una voluntad soberana superior que nos lleva a ejercer este derecho natural de darnos a nosotros mismos como comunidad, como convivientes, como hermanos, el orden político, el orden constitucional que queremos, necesitamos, para alcanzar un nivel de integraciòn que no hemos alcanzado en 200 años de existencia histórica.
Por eso creo que el tema de la legitimidad está aquí presente, sólo hay legitimidad si yo estoy integrado conmigo mismo en términos de que prácticas lo que es la soberanía.
Porque la soberanía después de todos no es voluntad individual, es voluntad colectiva y esta voluntad colectiva hay que recuperarla de las cenizas del pasado y reconstruirla de nuevo, actualizada a los nuevos tiempos.
(25:41) Mario Aguilar:
(…) ese tema de la transformación interna que está operando me parece muy interesante. Hay una búsqueda de identidad de un pueblo de una de una sociedad híbrida en ese sentido no durante muchos años no éramos ni europeos, ni éramos originarios, no nos reconocíamos mestizos, queríamos ser franceses, después queríamos ser ingleses, después queríamos ser yanquis, pero finalmente nunca éramos nada.
Y tal vez este despertar de Chile lo que hace es buscar qué somos como pueblo (…)
A propósito lo que usted dice de aquello de no ser solo peticionistas, que claro los gremios somos muchos, es un poco la función de los gremios el tratar de conquistar beneficios para sus asociados, la gente también obviamente busca solucionar sus problemas, le demanda al alcalde solución de problemas, le demanda al gobierno solución de problemas, que son problemas reales, la gente va y reclama el semáforo en una esquina donde atropellan una persona a la semana por supuesto que está requiriendo algo que efectivamente lo requiere, lo necesita, requiere una solución inmediata (…) pero cuando hay procesos como este, surgió una cosa más potente de avance (…) es muy interesante, bueno Habermas dice la desobediencia civil, que es el paso más profundo de una democracia porque es el propio pueblo que se que se dispone a mejorar la democracia, a profundizarla, desobedeciendo aquello que le impide su plena soberanía, por lo tanto no es extraño digamos que veamos en esto un ejercicio de profundización de democracia…
Gabriel Salazar:
Si yo estoy de acuerdo contigo, yo creo que la resistencia de volver a clases es un tema en que hay que buscar las raíces profundas y yo creo que no es sólo resistencia a una autoridad, a un ministerio de educación que cree tener la autoridad educativa, es decir el saber educativo y el saber de control de los procesos educativos, pero para determinar “ya vayan a clases, ahora no, que hay una pausa”, es entrar a tratar de inmovilizar todo el contingente que está vinculado a la educación a chicotazos, de arriba, “nosotros sabemos más, nosotros entendemos todo, ustedes simplemente obedezcan, disciplinensé!”.
Yo creo que ese autoritarismo educacional del que han hecho gala normalmente los ministerios de educación, es porque el 90% de los ministros y de las autoridades de educación en Chile jamás han hecho clases.
Hemos tenido ministros de educación de todas clases, desde marinos, capitanes, ingenieros, economistas, de todo y por casualidad tal vez -que yo ni me acuerdo- algún profesor real (…) uno que otro…
(…) estamos enfrentados como ciudadanìa al gran problema de autoeducarnos en soberanía, luego que durante 200 años nos contraeducaron, nos negaron la posibilidad de construirnos como ciudadanos soberanos.
Entonces estamos aprendiendo más a ser ciudadanos soberanos en la calle a través de cabildos locales, a través de -como el 28 de agosto- una Asamblea Nacional online con casi mil personas conectadas
para llegar a acuerdos como los que estamos conversando acá. Es decir estamos aprendiendo a lo más importante: aprender a ser ciudadano soberano. En Chile necesitamos por sobre todas las cosas eso.
No necesitamos más -como decías tú- formar a nuestros niños según el modelo francés, el alemán, el norteamericano, el de Taiwán o el de Finlandia; tenemos que educarnos a partir de nuestros problemas reales, de nuestras posibilidades reales y de acuerdo a quién puede realmente ejercer esta autoeducación que somos nosotros mismos.
Esta pandemia nos mandó a la casa, pero en la casa hemos pensado más que nunca y nos hemos comunicado vía online, por la vía que sea, más que nunca. Yo que tengo ya añitos de trabajo, décadas y dècadas en la educación a todo nivel, he percibido que hoy dìa hay una actividad densa, profusa, generalizada de Arica a Magallanes de actividades ciudadanas donde participa toda la gente, de todas las edades, en la autoeducación, en soberanía y eso no nos va a dar el señor ministro cuando nos ordena “vayan a clase” porque los programas -bastante yo los conozco- no apuntan en esa dirección.
Entonces yo insisto que en este momento nuestro ministro de educación está de hecho en nosotros mismos. Aquí hay una tácita desobediencia civil a la autoridad pública y hay al mismo tiempo una tácita obediencia profunda, civil, hacia lo que nosotros podemos pensar y decidir acerca de nuestro destino como ciudadanos, como país y como sociedad, etc.
Entonces le llama la atención sobre el proceso que podríamos llamar de autoeducación que se está produciendo por sí solo digo en este cabildo abierto, está asambleas territoriales, en esta asamblea regional, de ahora a nivel nacional que tienen distintos nombres pero hay una actividad. Hay una actividad y un dinamismo hay un movimiento que sale de adentro y que nos lleva a unirnos para resolver estos problemas. Este es el proceso educativo profundo que hay que desarrollar, que hay que meter dentro del sistema escolar y dentro del sistema universitario (…) Tenemos que asegurar que nuestro movimiento autoeducativo permanezca, se desarrolle, siga construyendo su futuro, que no desmaye, que no mire mucho para el lado, que se encierre un poco en este proceso porque desde ahí por cierto van a surgir -no sólo las medidas correctoras que podamos nosotros sobre el proceso constituyente manejado por los políticos, que no es el proceso constituyente nacional, es el proceso constituyente que se dice nacional, pero que está manejado por una élite.
Entonces nuestro proceso va a ir paralelo con este otro procesito local. Y justamente nuestra tarea es educarnos y autoeducarnos para no solo construir nuestro proyecto sino vigilar, controlar, rectificar y si es necesario eliminar ese otro proceso que tiene un camino que no es el que nosotros hemos elegido (…) entonces -creo Mario- que el proceso educativo y lo más importante que nunca en el rol que pueden hacer los maestros hoy día es más importante que nunca porque por primera vez vamos a comenzar a trabajar en un proceso autoeducativo consonante con lo que está haciendo la ciudadanía, porque es lo que necesita la ciudadanía.
Y creo que podemos por primera vez marchar tomados de la mano o tomados por el corazón solidario, con lo que los niños de nuestro pueblo necesitan para poder salir de un marasmo que durante tanto tiempo los ha llevado a rebelarse espontáneamente bajo el epíteto que le tiran las autoridades de ser unos vándalos, el “vandalage”. Por fin yo creo que podríamos dar cuenta de este vandalage desde dentro del movimiento social de todos nosotros.
Mario Aguilar:
(…) ante este despertar de un pueblo está una élite que reacciona y como históricamente ha reaccionado, reacciona en defensa de sus intereses. Estaba recordando lo escuchado a alguien de la élite y del gobierno por así decirlo, fue este audio que corrió de la señora primera dama Cecilia Morel al inicio del estallido, ese audio que se filtró digamos y se dio a conocer a todo el país donde ella dice dice dos cosas. Dice son “alienígenas” y yo creo que fue muy de adentro de ella decir eso, muy verdadero, muy sincero, porque efectivamente lo que pasó es que ya de repente irrumpiò un mundo desconocido que era el resto del pueblo
que no son esa élite a la cual ellos pertenecen, ese 5% privilegiado que se casan entre ellos, se relacionan entre ellos también, los mismos clubes, veranean juntos, entonces no conocen al resto del pueblo. Al resto el 95% restante lo desconocen y por eso a ella le aparecieron como alienígenas, le llegó gente desconocida que se le puso enfrente, digamos se le evidenció. Y además dijo: “vamos a tener que soltar privilegios” (…) Me parece que fue muy sincero de ella, digamos muy sensato por decirlo así, de un modo que tal vez sea la única expresión sensata que no escucharon La Moneda en este tiempo.
A lo que iba es que claramente esto ha sido un pueblo que cuestiona a la élite (…)
El 18 de octubre lo que se levantó no fue sólo contra el gobierno, me parece a mí claro que el gobierno aparecía ahí, al frente -más encima- un presidente que con todas sus características màs enardece a la gente, más irrita a la gente, su soberbia, su condición de winner, que siempre aparece de ganador y esa cosa que ya repele a la gente, las “piñericosas” y su forma patronal, su forma gerencial, digamos a dueño de empresa, que ustedes son todos mis empleados y van a hacer lo que yo digo. Es a esa cosa a la cual está muy acostumbrado él y creyendo que asì se gobierna del mismo modo como empresa.
Eso a la gente les saturó y por eso irrita tanto lo que diga Piñera. (…)
Pero a dónde iba el cuestionamiento también era al resto de la clase política, no era sólo contra el gobierno, era contra el conjunto de la élite y todo lo que huele a élite, a poder, la gente lo repele. Es esa mi interpretación, la jerarquía eclesiástica, la jerarquía empresarial, la jerarquía incluso comunicacional, se empieza a cuestionar a los rostros de la televisión también y todo lo que huela a privilegio, a poder en uno u otro sentido es lo que está cuestionado. Es como de buena manera el pueblo contra la elite.
Y ahora está elite intenta apropiarse el proceso. Pero hay un plebiscito ahí a la vista, hay un plebiscito a pesar de todos los cuestionamientos yo percibo que la gente quiere ir a votar, quiere ir a manifestar su aspiración de un cambio.
Aunque a muchos nos molesta lo que ofrecen de la convención constitucional.
Ahí hay un dilema, eso es lo que quiero decir, a eso voy, reflexionando aquí, preguntando, reflexionando. Hay un dilema entre el plebiscito que está ahí, que lo impone la élite, pero donde de alguna manera ¿será posible sobrepasar lo que la elite ofrece con una participación masiva, con una manifestación? ¿puede ser una herramienta?
También pregunto, no tengo la respuesta con total certeza. ¿Puede ser también el plebiscito una herramienta de movilización popular? para expresar con fuerza ese anhelo de cambio a la par de este proceso constituyente profundo que se está dando en la base social, que yo creo que ha seguido vigente a pesar de la pandemia.
Obviamente la pandemia nos afectó también en todo este proceso, porque nos sacó la posibilidad de la interacción directa de la asamblea territorial. Se suspendieron por decirlo así, habían muchas por todos lados, muchos cabildos seguían activos en marzo. ¿Podrá ser interesante que el plebiscito sea una herramienta de movilización popular para avanzar en el proceso constituyente o no? (…)

(43:30) Gabriel Salazar:
Yo diría que siempre hay que preguntarse cuál es el camino, el rumbo, el sendero que tomó la legitimidad. Y yo creo que la legitimidad en Chile tantas veces aplastada, tantas veces ignorada, tantas veces negada(…) Tantas veces ha sido negada la soberanía en estos 200 años de historia, que terminaron de hecho por anular la ciudadanía. En 1912 un miembro de la clase alta, un gran escritor, en sus memorias, se llama el libro “Memoria del tiempo viejo” de Luis Orrego Luco, dijo en nuestra nuestras alucinaciones políticas, en nuestras ilusiones políticas -aludiendo a su propia clase social: la oligarquía- no nos dimos cuenta -dijo en 1912 o 1914- que en Chile no habían ciudadanos. Las élites se concentraron tanto en su dominación hegemónica sobre el Estado, sobre los recursos del país, etcétera y se auto reproducían en el Estado una y otra vez defendido por un ejército que durante un buen tiempo efectivamente los defendió a bayonetazos y balazos, hasta con ametralladoras, qué se produjo esta escisión brutal. Una élite que gobierna 100 años por lo menos y una masa social del pueblo, la ciudadanía, los dos tercios de la población que fue anulado como ciudadano.
Entonces claro si la ciudadanía quiere liberarse de esta situación, lo que estamos planteando ahora, autoconstruirse desde la nada, o desde su memoria mejor dicho, su carácter soberano, su rol soberano se va a encontrar con que eso no lo puede expresar a travès de la ley, a través de la Constitución y a través del Estado, porque la clase política -como dijo Luis Orrego Luco- de negarnos la condición de ciudadanos. Entonces nuestra forma de expresión ha sido siempre desde la calle, no nos dejaron ninguna institución estatal donde expresarnos directa y orgánicamente como ciudadanos soberanos.
Eliminaron el Cabildo de la estructura del Estado, después del 30 limitaron los Cabildos que durante siglos fueron la institución de la soberanía popular, eliminaron las asambleas provinciales que eran la institución donde los cabildos expresaban su voluntad soberana a nivel de provincia, de donde saltaban después al estado. Eso lo eliminaron, nos dejaron ahí como hormigas pegados al suelo, mientras ellos llevan toda esta estructura estatal que ellos denominaban desde dentro. Entonces por eso es que nunca elegimos, nunca hemos podido usar los mecanismos institucionales legales de todo tipo para expresar nuestra voluntad soberana. Por eso es que la soberanía se constituye fuera del Estado, fuera de los políticos, fuera de los partidos, como se expresó en octubre. Lo que estaba transmitiendo su experiencia hace un ratito el propio Mario, porque yo ya tengo 84 años, entonces ya no salgo a marchar ni a arrancar de los carabineros por las calles.
Y en estas situaciones que la ciudadanía, el pueblo está recuperando su identidad soberana pedazo a pedazo, poco a poco, en un proceso lento que (ojo!) se puede prolongar por un año o dos más probablemente. De repente vienen los políticos y nos tiran una cancha con un rayado.
Y nos dicen ¿quieren hacer una Constitución? Usen este dibujito que nosotros le hacemos, es un legajo, es un pedazo, es un retazo, es un parche que la ley les ofrece, para que ustedes expresen sus movimientos soberanos.
Nosotros ya lo expresamos soberanamente y de qué manera! Desde octubre, incluso desde antes, sin entrar en detalle desde octubre del año pasado hasta marzo, abril de este año y seguimos manifestando ahora, no en la calle ni públicamente; a través de todos estos medios online que permiten incluso hablar más como quien dice cara cara, de sujeto a sujeto, de corazón a corazón, una cosa así mucho más estrechamente.
Entonces claro la pregunta de Mario es muy atingente porque dice ¿cuán importante es para nosotros el plebiscito y la elección?
Porque estas son la alternativa que nos dieron entre una convención mixta dominada totalmente por los políticos o una convención constitucional dominada indirectamente y subrepticiamente por los políticos.
Yo creo que respondo directamente a la inquietud de Mario, yo creo que ya nos expresamos muy
claramente y muy decididamente de octubre a marzo: nos aburrimos de una hegemonía falsa, de una clase política no representativa, a través de constituciones ilegítimas, digamos 200 años en este cuento. Nos aburrimos, este es un cansancio de dos siglos, no es cualquier cansancio y eso es lo que reventó a partir de octubre y nos generó una sensación de hermandad, de solidaridad y de un nosotros que nunca habíamos experimentado antes. Porque antes nos movilizàbamos por partido, por ideología, por sector, por gremio. Pero ahora no, ahora todos juntos en tanto que ciudadanos, por eso no sacamos banderas ni de partido, ni ningùn individuo ni ningún líder comenzó hablando instrucciones a grito pelado en la calle del punto de vista ideológico. Un sentimiento profundo de cansancio por una ley ilegítima o político dijo que lo expresamos muy claramente.
Entonces, que ahora eso mismo lo expresemos en un acto electoral en numeritos, que demostremos a los propios polìticos en su terreno, en su lógica, lo que queremos hacer. Está bien. Pero no es para mi gusto ni el plebiscito ni esas convenciones. Las dos son convenciones, no son verdaderas asambleas constituyentes, no son emanadas de nuestra voluntad, ni de nuestra memoria, ni de nuestros sentimientos, no nos representan y como tu mismo decías vamos a elegir de nuevo lo mismo que en 200 años. Vamos a elegir representantes a estas convenciones sin mandato nuestro, porque un voto individual para elegir un señor individuo tambièn, porque parece bueno, parece que está con nosotros, me cae bien, es simpático y agradable, sabe hablar, qué sé yo, voto por él porque me tinca.
Vamos a elegir de nuevo un congreso, en el fondo es un congreso, porque estamos eligiendo diputados de
nuevo con voto individual, sin deliberación y señores que elegimos sin mandato.
Pues ok votemos, ganemos el plebiscito, para dejarlos contentos y para demostrar que también en la lógica de ellos podemos vencer. Si aparece la convención probablemente va a aparecer funcionando.
Pero nuestro movimiento no va por ahí, si seguimos nuestros instintos, nuestra memoria, nuestra voluntad, nuestra identidad y el ejemplo, más bien va de ladito y sigue de largo.
Ahora si esa convención realmente termina por adherirse a nuestros sentimientos y a nuestras propuestas, pero sí no –y yo creo que va a ser no– este movimiento va a continuar porque no se va a detener en octubre nuestro movimiento.
Recordemos que ya el 28 de agosto hace poquitos días atrás se realizó ya un primer encuentro nacional, quien dice ya preparatorio online de Asamblea Constituyente nacional, entonces yo creo que ya por marzo, abril, mayo, junio del próximo año vamos a tener esta Asamblea ya funcionando. Y nosotros con nuestro movimiento por fuera, online, cara a cara, al cual depende lo que sea vamos a seguir adelante porque las raíces de este movimiento no son del 18 de octubre, son de siglos para atrás y no solo de un gremio sino de todos los gremios, no solo de los viejos, también de los jóvenes, de los niños, en consecuencia que los políticos no hayan comprendido esto, allà ellos, ahora son minoría.
(…) el plebiscito? Hagámosles el favor de actuar de acuerdo a lo que ellos me han rayado en la cancha y ganemos una vez más. Pero la marcha de las convenciones cualquiera que sean las dos que triunfen; yo creo que ha de ser la constitucional. Esa es la lógica de ellos, no la nuestra y la nuestra tiene que continuar y por tanto tenemos que observar esa convención, observarla, vigilarla, evaluarla y si la cosa no va como nosotros necesitamos que vaya, bueno hay que decidir que hacemos y hay ejemplo histórico para casos similares.
En 1823 después que los ciudadanos derribaron a OHiggins junto con el ejército por dictador, por reírse de la soberanía popular, convocaron una Asamblea Constituyente libremente electa porque Freire se aseguró que fuera así, se eligió la asamblea y dentro de la asamblea con subterfugio con obstrucciónismo, con trampas de todo tipo, la oligarquía de Santiago logró que los delegados de provincias de formas porque existen haya mucho tiempo a sus tierra entonces él tengo que la minoría se convierte en mayoría y entonces aprovechan le encargó a Juan Egaña que redacte la Constitución que necesita para el patriciado de Santiago y así lo hizo Juan Egaña, de ahí surgió la Constitución.
Pero qué pasó con el pueblo? El “populacho” -dice Barros Arana- de Santiago, reacciona contra sus patricios, contra la aristocracia local, contra la Constitución del 23, contra la Asamblea y desde la calle presionan el cierren la Asamblea, logran que sea abolida la constitución y llaman a otra nueva.
Este es un ejemplo histórico, pero da un ejemplo, un pequeño modelo de que se puede hacer cuando una asamblea constitucional por decirlo así se enchueca. Qué hace el pueblo soberano?
Ese es el tema que está abierto.
Yo creo que -de acuerdo contigo- hay que jugarse por el plebiscito a ganarlo, pero es como quien dice el segundo tiempo, ya ganamos el primero. Aquí metamos un gol màs, para sacarles pica, ya ganamos.
Pero sì hay que cuidar que este jueguito político y la trampa que ellos tiraron -sus salvavidas- para mantenerse como clase hegemónica, no vaya a convertir el partido, que lo ganen por secretarìa hija y en ese caso hay que actuar y hemos demostrado que también sabemos actuar desde las calles, porque también somos vándalos, que no hay que olvidar eso es importante.
(…)
Solamente agregar que como historiador (…) nos hemos dado cuenta ya desde el 2001 para acá, desde el mochilazo los estudiantes secundarios para acá, que estamos viviendo una época excepcional.
(…) en Chile se está produciendo un proceso profundo, subterráneo, larvado pero en creciendo, in crescendo, de ciudadanización de la política, mientras más se ciudadaniza la política más pierden valor representativo estos antiguos representantes que llevan ya 200 años electos por nosotros sin mandato previo, sin mandato soberano. Este proceso que estamos viviendo. Yo creo que es un proceso muy profundo y muy importante que tiene por objetivo final el cambio en la Constitución por nosotros mismos. Pero yo creo que antes de lograr eso necesitamos autoeducarnos en soberanía, a nuestros niños, a toda la sociedad en soberanía.
Y como eso no lo va a hacer el Estado, no lo va a hacer el ministerio de educación, por los criterios autoritaristas, patronales de que han hecho gala. Tampoco las universidades van a ganar el paso de nuestro proceso, se han quedado atrás porque están impregnadas -eso yo lo sé- de la cultura competitiva, individualista, neoliberal y si quieren acercarse al pueblo sacan seminario con título académico, que pasan de sesgo como un aerolito al lado del proceso nuestro ciudadano.
Entonces yo creo que el periodo que estamos viviendo es excepcional, es una suerte que podamos vivir un proceso en el cuerpo de participar como nunca antes lo habíamos hecho, desde la calle, pero también desde nosotros mismos, desde el colectivo, que logremos constituir localmente, porque la soberanía siempre surge de lo local, no en lo nacional y por eso le agradezco al Colegio de Profesor@s y en particular a ti Mario esta oportunidad de conversar y sentirnos tú y yo ahora aquí, en este momento viviendo un proceso histórico tan relevante y trascendente, así que muchas gracias por la invitación y que nos vaya bien en nuestro objetivo histórico de mediano y largo plazo.
enlace relacionado:

Chile: L@s que no votan en este plebiscito

http://redlatinasinfronteras.over-blog.es/2020/10/chile-l-s-que-no-votan-en-este-plebiscito.html

enviado desde redlatinasinfronteras.sur [at] gmail.com

Octubre 2 del 2020

fuente:
https://enredsinfronteras.blogspot.com/2020/10/chile-acerca-del-proceso-constituyente.html
https://twitter.com/#!/RedLatinaSinFro

https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2016/04/04/enlaces-recopilacion-ediciones-anteriores-desde-2014/
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