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Puelmapu, Furilofche: Piuke-Corazón, centro del mundo nuevo
Furilofche (Bariloche, Rio Negro, Argentina)
Puelmapu II. Piuke-Corazón, centro del mundo nuevo
Raúl Zibechi
Puelmapu II. Piuke-Corazón, centro del mundo nuevo
Raúl Zibechi
Furilofche (Bariloche, Rio Negro, Argentina)
Puelmapu II. Piuke-Corazón, centro del mundo nuevo
Raúl Zibechi
17 octubre 2023
Fotos: Raúl Zibechi y Página 12
Desde hace 25 años la Organización Ecologista Piuke trabaja en El Frutillar, el barrio popular de Bariloche donde viven 40 mil personas, la cuarta parte de la ciudad, integrada por sectores populares y mapuche que migraron para trabajar en el turismo, la principal oferta laboral de la ciudad. En el barrio ordenado en forma de cuadrículas, se levantan las viviendas de una o dos plantas con techos a dos aguas que dominan el paisaje.
El propio nombre del colectivo muestra su identificación con la resistencia y la cultura mapuche, compromiso que se hace evidente apenas ingresamos al espacio, adornado con lemas mapuche, zapatistas, kurdos y por supuesto de las diversas luchas argentinas. Muchas calles de barrio y de toda la ciudad portan nombres de ascendencia mapuche, aunque ese pueblo sea mayoritariamente rechazado por el Estado y la población argentinas.
El nombre Bariloche proviene de Furilofche, que en mapudungun significa “gente del otro lado”, en referencia a la cordillera andina mirada desde lo que hoy es Chile. Luego la sociedad colonizadora le agregó el San Carlos, apelando al santoral católico como forma de legitimar el uso del nombre original en español.
“Estamos acá porque después de 2001 había mucha pobreza y el Estado creó comedores en base al programa Soja Solidaria que ofrecía alimentos con organismos genéticamente modificados (OGM), como leche de soja y milanesas de soja”, explica Alejandro Yaniello, uno de los fundadores de Piuke.
Barrio popular de Bariloche en 2001
Luego de intensos debates, la Junta Vecinal decidió que no aceptar en el barrio el programa Soja Solidaria, que tuvo que retirarse. “Pero para continuar con las ollas y los comedores recorrimos toda la ciudad pidiendo alimentos a los comercios que cocinaban las mujeres del barrio”.
En esos años de extrema pobreza, más de 300 niñas y niños comían del basurero que el municipio había instalado en el barrio. En Piuke decidieron montar un comedor para los fines de semana, cuando no almuerzan en la escuela, con actividades recreativas. Esfuerzos que se desplegaron en base a una rigurosa autogestión, sin la menor colaboración del Estado.
En el galpón funciona una cocina y un horno de pan, en tanto en el piso superior está la radio que emite todos los días y forma parte de la red de radios patagónicas. Hernán, Marta y Sandra se van sumando a la ronda relatando las actividades que organiza Piuke. “Este local lo levantamos con los recursos que recogimos con las ferias de ropa usada y con la venta de canelones”, apunta Marta.
Local actual de Piuké
Ahora las mujeres del barrio elaboran y venden pan una vez a la semana, además tienen talleres de panadería, de murga, de teatro y fotografía, y un taller de expresión corporal que Marta impartió durante diez años. Van haciendo memoria de los talleres de serigrafía, de cerámica, de las fiestas y recitales que hicieron en este cuarto de siglo.
Hernán agrega que mientras el espacio tiene ya 20 años, el vivero que produce plantines y la Placita de la Autonomía donde juegan las niñas y niños tienen sólo ocho años. Puede observarse una división sexual del trabajo: las mujeres ocupan la cocina y el vivero, venden plantines en la feria de los sábados que aporta recursos a la organización, además de la elaboración de mermeladas que venden en todos los espacios que pueden.
Huerta comunitaria La Forestal
Aunque Piuke nació como una organización ecologista, con los años le ha sumado otras cuatro definiciones: territorio, autogestión, autonomía y fraternidad. “Nacimos con las asambleas del No a la Mina”, dice Alejandro, en referencia al movimiento nacido en Esquel que en 2003 consiguió la paralización del proyecto de la canadiense Meridian Gold, siendo el primer caso en el país que desató un amplio movimiento que se coordina en la Unión de Asambleas Comunitarias (UAC). En marzo de ese año, el 81 por ciento de los pobladores de Esquel votaron contra el proyecto, pese a que las instituciones se volcaron masivamente con la minera.
Placita Autonomía
Hacer el mundo de nuevo
Una de las experiencias más notables es la de jóvenes mapuche que llegan a Piuké a enseñar mapudungun a niñas y niños del barrio. Existe un movimiento mapuche urbano que empieza a desplegarse, no muy distinto al que se percibe en las ciudades de Chile y que se manifestó en toda su potencia durante la revuelta de 2019, cuando la bandera mapuche (wenufoye) fue la más flameada en las grandes alamedas.
La sucedido con el club de fútbol Racing de Frutillar, es tal vez la experiencia que indica la profundidad de los cambios en curso. La camiseta del club lucía la marca Wall Mart que era la empresa que oficiaba de sponsor del equipo de fútbol, papel que poco después jugó Hipertehuelche, una cadena patagónica de materiales para construcción.
Miembros de Piuke conversaron con los jugadores y éstos aceptaron un cambio radical: dejaron de lado a la multinacional y en sus camisetas estamparon “No a la Mina” y en la parte de atrás el lema “Patagonia Rebelde”.
“Le pedimos a las personas amigas que hiciéramos algo así como un sponsoreo solidario, comprando una camiseta para ellos y donando otra para el club”, destaca Alejandro, un fanático del “maltrato” a la pelota.
Pero Racing ganó el siguiente campeonato barrial de Bariloche, en el verano de 2022, lo que permitió que el rechazo a la minería se hiciera tan popular como el equipo. “Ahora los jugadores van con bombos a las marchas anti-mineras”, explica Alejandro con inocultable orgullo futbolero.
Al hilo de la intervención deportiva de su compañero, Marta enfoca el debate en la importancia del trabajo con adultos del barrio para que recuperen la memoria de sus infancias. “Estamos trabajando para recuperar la memoria de la niñez de cada persona, pero de modo colectivo en este barrio, a través del teatro para poder reírnos que nos hace mucha falta y contribuye a la humildad personal”.
Caminando por los alrededores del local de Piuke, nos enseñan el vivero y la placita donde todos los días llegan escolares a uno de los escasos espacios del barrio para los pequeños. La sensación que vamos recogiendo es que incluso en un barrio donde la pobreza es evidente, el hermanamiento entre las y los de abajo está creando modos otros de vivir la vida, de defenderla y reproducirla.
Esa fraternidad trasciende las historias personales y familiares, y desafía el choque entre un mundo mapuche y otro blanco o criollo, que con tanto esmero cultivan las clases dominantes. La solidaridad entre culturas, pueblos y colores de piel, es una de las mayores esperanzas que tenemos para seguir tejiendo mundos nuevos y otros.
enlace relacionado: https://radioxradio.org/piuke/
Dial: 94.7
Dirección: Cacique Chocorí 4085 - El Frutillar, Bariloche
recibido Marzo 2024 desde Italia: https://comune-info.net/nel-cuore-del-mondo-nuovo/
fuente: https://desinformemonos-org.translate.goog/puelmapu-ii-piuke-corazon-centro-del-mundo-nuevo/
también editado en https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/03/28/furilofche-puelmapu-ii-piuke-corazon-centro-del-mundo-nuevo/
reenviado por enred_sinfronteras [at] riseup.net
https://twitter.com/RedLatinaSinFro/
https://mastodon.bida.im/@RedLatinasinfronteras
Puelmapu II. Piuke-Corazón, centro del mundo nuevo
Raúl Zibechi
17 octubre 2023
Fotos: Raúl Zibechi y Página 12
Desde hace 25 años la Organización Ecologista Piuke trabaja en El Frutillar, el barrio popular de Bariloche donde viven 40 mil personas, la cuarta parte de la ciudad, integrada por sectores populares y mapuche que migraron para trabajar en el turismo, la principal oferta laboral de la ciudad. En el barrio ordenado en forma de cuadrículas, se levantan las viviendas de una o dos plantas con techos a dos aguas que dominan el paisaje.
El propio nombre del colectivo muestra su identificación con la resistencia y la cultura mapuche, compromiso que se hace evidente apenas ingresamos al espacio, adornado con lemas mapuche, zapatistas, kurdos y por supuesto de las diversas luchas argentinas. Muchas calles de barrio y de toda la ciudad portan nombres de ascendencia mapuche, aunque ese pueblo sea mayoritariamente rechazado por el Estado y la población argentinas.
El nombre Bariloche proviene de Furilofche, que en mapudungun significa “gente del otro lado”, en referencia a la cordillera andina mirada desde lo que hoy es Chile. Luego la sociedad colonizadora le agregó el San Carlos, apelando al santoral católico como forma de legitimar el uso del nombre original en español.
“Estamos acá porque después de 2001 había mucha pobreza y el Estado creó comedores en base al programa Soja Solidaria que ofrecía alimentos con organismos genéticamente modificados (OGM), como leche de soja y milanesas de soja”, explica Alejandro Yaniello, uno de los fundadores de Piuke.
Barrio popular de Bariloche en 2001
Luego de intensos debates, la Junta Vecinal decidió que no aceptar en el barrio el programa Soja Solidaria, que tuvo que retirarse. “Pero para continuar con las ollas y los comedores recorrimos toda la ciudad pidiendo alimentos a los comercios que cocinaban las mujeres del barrio”.
En esos años de extrema pobreza, más de 300 niñas y niños comían del basurero que el municipio había instalado en el barrio. En Piuke decidieron montar un comedor para los fines de semana, cuando no almuerzan en la escuela, con actividades recreativas. Esfuerzos que se desplegaron en base a una rigurosa autogestión, sin la menor colaboración del Estado.
En el galpón funciona una cocina y un horno de pan, en tanto en el piso superior está la radio que emite todos los días y forma parte de la red de radios patagónicas. Hernán, Marta y Sandra se van sumando a la ronda relatando las actividades que organiza Piuke. “Este local lo levantamos con los recursos que recogimos con las ferias de ropa usada y con la venta de canelones”, apunta Marta.
Local actual de Piuké
Ahora las mujeres del barrio elaboran y venden pan una vez a la semana, además tienen talleres de panadería, de murga, de teatro y fotografía, y un taller de expresión corporal que Marta impartió durante diez años. Van haciendo memoria de los talleres de serigrafía, de cerámica, de las fiestas y recitales que hicieron en este cuarto de siglo.
Hernán agrega que mientras el espacio tiene ya 20 años, el vivero que produce plantines y la Placita de la Autonomía donde juegan las niñas y niños tienen sólo ocho años. Puede observarse una división sexual del trabajo: las mujeres ocupan la cocina y el vivero, venden plantines en la feria de los sábados que aporta recursos a la organización, además de la elaboración de mermeladas que venden en todos los espacios que pueden.
Huerta comunitaria La Forestal
Aunque Piuke nació como una organización ecologista, con los años le ha sumado otras cuatro definiciones: territorio, autogestión, autonomía y fraternidad. “Nacimos con las asambleas del No a la Mina”, dice Alejandro, en referencia al movimiento nacido en Esquel que en 2003 consiguió la paralización del proyecto de la canadiense Meridian Gold, siendo el primer caso en el país que desató un amplio movimiento que se coordina en la Unión de Asambleas Comunitarias (UAC). En marzo de ese año, el 81 por ciento de los pobladores de Esquel votaron contra el proyecto, pese a que las instituciones se volcaron masivamente con la minera.
Placita Autonomía
Hacer el mundo de nuevo
Una de las experiencias más notables es la de jóvenes mapuche que llegan a Piuké a enseñar mapudungun a niñas y niños del barrio. Existe un movimiento mapuche urbano que empieza a desplegarse, no muy distinto al que se percibe en las ciudades de Chile y que se manifestó en toda su potencia durante la revuelta de 2019, cuando la bandera mapuche (wenufoye) fue la más flameada en las grandes alamedas.
La sucedido con el club de fútbol Racing de Frutillar, es tal vez la experiencia que indica la profundidad de los cambios en curso. La camiseta del club lucía la marca Wall Mart que era la empresa que oficiaba de sponsor del equipo de fútbol, papel que poco después jugó Hipertehuelche, una cadena patagónica de materiales para construcción.
Miembros de Piuke conversaron con los jugadores y éstos aceptaron un cambio radical: dejaron de lado a la multinacional y en sus camisetas estamparon “No a la Mina” y en la parte de atrás el lema “Patagonia Rebelde”.
“Le pedimos a las personas amigas que hiciéramos algo así como un sponsoreo solidario, comprando una camiseta para ellos y donando otra para el club”, destaca Alejandro, un fanático del “maltrato” a la pelota.
Pero Racing ganó el siguiente campeonato barrial de Bariloche, en el verano de 2022, lo que permitió que el rechazo a la minería se hiciera tan popular como el equipo. “Ahora los jugadores van con bombos a las marchas anti-mineras”, explica Alejandro con inocultable orgullo futbolero.
Al hilo de la intervención deportiva de su compañero, Marta enfoca el debate en la importancia del trabajo con adultos del barrio para que recuperen la memoria de sus infancias. “Estamos trabajando para recuperar la memoria de la niñez de cada persona, pero de modo colectivo en este barrio, a través del teatro para poder reírnos que nos hace mucha falta y contribuye a la humildad personal”.
Caminando por los alrededores del local de Piuke, nos enseñan el vivero y la placita donde todos los días llegan escolares a uno de los escasos espacios del barrio para los pequeños. La sensación que vamos recogiendo es que incluso en un barrio donde la pobreza es evidente, el hermanamiento entre las y los de abajo está creando modos otros de vivir la vida, de defenderla y reproducirla.
Esa fraternidad trasciende las historias personales y familiares, y desafía el choque entre un mundo mapuche y otro blanco o criollo, que con tanto esmero cultivan las clases dominantes. La solidaridad entre culturas, pueblos y colores de piel, es una de las mayores esperanzas que tenemos para seguir tejiendo mundos nuevos y otros.
enlace relacionado: https://radioxradio.org/piuke/
Dial: 94.7
Dirección: Cacique Chocorí 4085 - El Frutillar, Bariloche
recibido Marzo 2024 desde Italia: https://comune-info.net/nel-cuore-del-mondo-nuovo/
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