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El Festival de la Fresa 2016: Traído a usted por la explotación
La Industria y los funcionarios de la ciudad e incluso organizaciones de cambio social sin fines de lucro son conscientes, pero por desgracia, todos se benefician materialmente y son en gran parte silenciosas, delicadas en sus preocupaciones, o estructuralmente limitados en instituir reformas ambientales y hacer trabajo significativo.
A las afueras del Festival de la fresa en Oxnard, Todo Poder al Pueblo y otros protestan.
La protesta colectiva desafía a la agenda de turismo de la ciudad, pone de manifiesto los problemas sociales conectados a la industria agrícola en el área de Oxnard y acontece en solidaridad con los trabajadores locales, así como con los trabajadores agrícolas en el estado de Washington y México que han amplificado su resistencia a la explotación y el abuso dentro de la industria agrícola.
Estos actos de protesta con la comunidad de Oxnard desafían a la industria agrícola y los atentados de la ciudad de Oxnard de pasar por alto los costos sociales y ambientales, cuestiona el argumento detrás de estos festivales de la supuesta caridad. Mientras la ciudad celebra, por intereses del turismo, a quienes viven y trabajan en Oxnard.
Al condado de Ventura nos queda la explotación humana y ambiental. Hay ejemplos numerosos, demasiados para nombrar, documentados ampliamente por el Centro de Investigación y Reportaje (ahora conocidos como CIR) sobre la justicia ambiental, y por los propios trabajadores en Baja California, así como de los grupos de apoyo al norte de la frontera.
La Industria y los funcionarios de la ciudad e incluso organizaciones de cambio social sin fines de lucro son conscientes, pero por desgracia, todos se benefician materialmente y son en gran parte silenciosas, delicadas en sus preocupaciones, o estructuralmente limitados en instituir reformas ambientales y hacer trabajo significativo.
La industria agrícola en general está vinculada a una red global de explotación exportando los productos importados y la labor de mano de obra.
Los productores de fresa, como los de Reiter and Affiliated Companies, Driscoll’s y sus filiales son conscientes de las preocupaciones de la comunidad y han respondido cambiando la imagen para demostrar sus “esfuerzos”. En su página de la web se destaca la imparcialidad con que son tratados los trabajadores, sus programas de educación local para mejorar la salud de trabajadores agrícolas (centrado, por supuesto en “educar” a los trabajadores agrícolas acerca de opciones saludables, en lugar de demostrar la relación causal entre el mismo trabajo y los pesticidas).
Pero, no acaso son nuestros líderes electos, estatales y locales, los protectores de nosotros? Acaso los representantes de la industria agrícola no nos aseguran la seguridad de bromuro de metilo? Probablemente si la ciudad de Oxnard y el Estado no fueran dependientes de 2.6 mil millones de dólares estarían dispuestos a poner en peligro las ganancias millonarias, pero es así y por eso nosotros no podemos confiar en ellos para obtener un cambio progresivo o para mejorar las condiciones de trabajo. Entendemos que cuando nuestros líderes comunitarios, incluyendo a las organizaciones comunitarias que trabajan a favor de los campesinos y familias de clase trabajadora, o nuestros historiadores culturales del movimiento UFW también dependen de la financiación de esta industria, que son por definición incapaces de mantener una voz independiente. Esto no es debido necesariamente al fracaso moral, sino incluso nuestros líderes y los portavoces nombrados confesaran, que es simplemente la naturaleza del sistema.
Mientras tanto, el boicot se ha diseminado desde México a Washington, mientras que los “líderes” y grupos desalientan la mención de la resistencia activa en sus eventos pseudo político-culturales solamente si se pide permiso a hablar y protestar y si es aprobado por sus alianzas de corrientes principales de la industria, la ciudad, la policía, y líderes de la comunidad que han sido cooptados. El movimiento de los jornaleros de los años 60’ llenos de nostalgia y la dependencia política de la industria ha impedido intervenciones críticas en explotación, mientras las marchas oficiales se prestan para las cámaras como una falsa política por la lucha de los jornaleros y las jornaleras.
En Oxnard, una historia reciente de resistir a la violencia económica continúa, como cuando los estudiantes de trabajadores del campo rechazan la indulgencia de dinero para becas de Driscoll’s y otras industrias. En el festival de la caridad, el dinero no puede cubrir los problemas sociales de aquí: violencia policial, gentrificación y violencia económica, el racismo ambiental y la explotación de los trabajadores indocumentados.
El Boicot se ha extendido desde México a Washington, y los problemas endémicos de desplazamiento, abuso y contaminación por la industria ha sido evaluado por activistas en solidaridad de México y han vinculado también a las políticas neoliberales del Tratado de Libre Comercio y al Plan Mérida (Plan México).
La estrategia de boicot y la protesta simbólica, encausa a la amplia conversación acerca de nuestra relación con la tierra. A pesar de atentados de lavarnos el cerebro y asimilación forzada no hemos olvidado nuestra historia de lucha por la tierra. Como descendientes de los ideales revolucionarios de Emiliano Zapata, no vamos ceder en nuestra lucha por la tierra y la libertad para el pueblo, con el fin de construir una vida equitativa para todas y todos.
En Solidaridad con San Quintín, Washington y Oxnard
Colectivo Todo Poder al Pueblo
La protesta colectiva desafía a la agenda de turismo de la ciudad, pone de manifiesto los problemas sociales conectados a la industria agrícola en el área de Oxnard y acontece en solidaridad con los trabajadores locales, así como con los trabajadores agrícolas en el estado de Washington y México que han amplificado su resistencia a la explotación y el abuso dentro de la industria agrícola.
Estos actos de protesta con la comunidad de Oxnard desafían a la industria agrícola y los atentados de la ciudad de Oxnard de pasar por alto los costos sociales y ambientales, cuestiona el argumento detrás de estos festivales de la supuesta caridad. Mientras la ciudad celebra, por intereses del turismo, a quienes viven y trabajan en Oxnard.
Al condado de Ventura nos queda la explotación humana y ambiental. Hay ejemplos numerosos, demasiados para nombrar, documentados ampliamente por el Centro de Investigación y Reportaje (ahora conocidos como CIR) sobre la justicia ambiental, y por los propios trabajadores en Baja California, así como de los grupos de apoyo al norte de la frontera.
La Industria y los funcionarios de la ciudad e incluso organizaciones de cambio social sin fines de lucro son conscientes, pero por desgracia, todos se benefician materialmente y son en gran parte silenciosas, delicadas en sus preocupaciones, o estructuralmente limitados en instituir reformas ambientales y hacer trabajo significativo.
La industria agrícola en general está vinculada a una red global de explotación exportando los productos importados y la labor de mano de obra.
Los productores de fresa, como los de Reiter and Affiliated Companies, Driscoll’s y sus filiales son conscientes de las preocupaciones de la comunidad y han respondido cambiando la imagen para demostrar sus “esfuerzos”. En su página de la web se destaca la imparcialidad con que son tratados los trabajadores, sus programas de educación local para mejorar la salud de trabajadores agrícolas (centrado, por supuesto en “educar” a los trabajadores agrícolas acerca de opciones saludables, en lugar de demostrar la relación causal entre el mismo trabajo y los pesticidas).
Pero, no acaso son nuestros líderes electos, estatales y locales, los protectores de nosotros? Acaso los representantes de la industria agrícola no nos aseguran la seguridad de bromuro de metilo? Probablemente si la ciudad de Oxnard y el Estado no fueran dependientes de 2.6 mil millones de dólares estarían dispuestos a poner en peligro las ganancias millonarias, pero es así y por eso nosotros no podemos confiar en ellos para obtener un cambio progresivo o para mejorar las condiciones de trabajo. Entendemos que cuando nuestros líderes comunitarios, incluyendo a las organizaciones comunitarias que trabajan a favor de los campesinos y familias de clase trabajadora, o nuestros historiadores culturales del movimiento UFW también dependen de la financiación de esta industria, que son por definición incapaces de mantener una voz independiente. Esto no es debido necesariamente al fracaso moral, sino incluso nuestros líderes y los portavoces nombrados confesaran, que es simplemente la naturaleza del sistema.
Mientras tanto, el boicot se ha diseminado desde México a Washington, mientras que los “líderes” y grupos desalientan la mención de la resistencia activa en sus eventos pseudo político-culturales solamente si se pide permiso a hablar y protestar y si es aprobado por sus alianzas de corrientes principales de la industria, la ciudad, la policía, y líderes de la comunidad que han sido cooptados. El movimiento de los jornaleros de los años 60’ llenos de nostalgia y la dependencia política de la industria ha impedido intervenciones críticas en explotación, mientras las marchas oficiales se prestan para las cámaras como una falsa política por la lucha de los jornaleros y las jornaleras.
En Oxnard, una historia reciente de resistir a la violencia económica continúa, como cuando los estudiantes de trabajadores del campo rechazan la indulgencia de dinero para becas de Driscoll’s y otras industrias. En el festival de la caridad, el dinero no puede cubrir los problemas sociales de aquí: violencia policial, gentrificación y violencia económica, el racismo ambiental y la explotación de los trabajadores indocumentados.
El Boicot se ha extendido desde México a Washington, y los problemas endémicos de desplazamiento, abuso y contaminación por la industria ha sido evaluado por activistas en solidaridad de México y han vinculado también a las políticas neoliberales del Tratado de Libre Comercio y al Plan Mérida (Plan México).
La estrategia de boicot y la protesta simbólica, encausa a la amplia conversación acerca de nuestra relación con la tierra. A pesar de atentados de lavarnos el cerebro y asimilación forzada no hemos olvidado nuestra historia de lucha por la tierra. Como descendientes de los ideales revolucionarios de Emiliano Zapata, no vamos ceder en nuestra lucha por la tierra y la libertad para el pueblo, con el fin de construir una vida equitativa para todas y todos.
En Solidaridad con San Quintín, Washington y Oxnard
Colectivo Todo Poder al Pueblo
For more information:
https://todopoderalpueblo.org/
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