Polleros más caros

TIJUANA, Baja California, México.— Discreto, desconfiado y con el misterio que guardan los hombres que operan en la clandestinidad, el pollero o coyote, como le dicen al traficante de indocumentados, estuvo de acuerdo en una entrevista y me citó en una oscura calle de la colonia Libertad para hablar de lo que se espera ante la reforma migratoria, la construcción de un muro y la militarización de la frontera.

De noche, a la hora acordada, se acerca una camioneta pickup Chevrolet Silverado, verde, doble cabina, de reciente modelo y con placas de California. Un hombre alto y delgado baja. Cuando se acerca, descubre su rostro medio arrugado y fruncido, tiene cierto aire de galán de película de los 50, lleva barba de candado, un buen reloj en la muñeca izquierda y saluda con la mano derecha, donde luce un enorme anillo de brillo dorado.

De inmediato advierte: "Nada más no vayas a poner mi nombre".

"¿Entonces cómo?", contesto.

"Ponle que me dicen ‘El Gavilán’".

Se trata pues de "El Gavilán Pollero" , un hombre que lleva 20 años en el "negocio", presume conocer el teje y maneje de la frontera y se da sus aires de grandeza.

"Yo empecé siendo guía y ahorita, pues, la verdad, con todo esto que está pasando como que se va a poner duro el bisnesí, por eso ya estoy pensando en retirarme" , dice como si no le hiciera falta una pensión del Seguro Social.

"El Gavilán" está al tanto de lo que ha pasado en los últimos meses en Estados Unidos. De hecho, él cruza normalmente la línea internacional, sabe de las marchas que provocó la llamada Ley Sensenbrenner, de que en el Senado se aprobó construir un muro y de que en los próximos días enviarán soldados de la Guardia Nacional a la frontera.

Por eso opina que "se va a poner duro" . Dice que tal vez deje de trabajar en esto de cruzar personas por el cerro. Pero también dice que va a esperar, hasta ver cómo se pone la cosa. Está a la expectativa.

Actualmente, "El Gavilán Pollero" cobra 1,800 dólares por llevar caminando por las montañas a cada una de las personas que cruza. Sus principales puntos de cruce son Tecate, Mexicali y San Luis Río Colorado.

Si es por la línea, con documentos originales de otra persona, el costo es de 2,500 dólares, mientras que escondido o acompañado en un automóvil, la cuota sube a tres mil dólares.

"Se cobra más cuando hay más riesgo" , explica.

Por eso, dice este pollero, si levantan otro muro y hay soldados en la frontera, sin duda el precio se va a elevar.

Al alza

Víctor Clark Alfaro es un antropólogo y profesor en la Universidad Estatal en San Diego (SDSU) que dirige el Centro Binacional de Derechos Humanos en esta ciudad, quien coincidió en que los precios por el cruce se elevarán tal como pasó en 1994 cuando se estableció la Operación Guardián (Gatekeeper).

"Con la militarización y la construcción de un muro en los lugares donde actualmente está el mayor tráfico de indocumentados a Estados Unidos, como el desierto de Sásabe y toda esa zona de Arizona, el primer impacto es que cambiará la corriente migratoria de dirección, y el segundo impacto es que los coyote sí aumentarán sus precios".

Para este estudioso del fenómeno migratorio, los polleros aumentan sus precios con relación a las dificultades de cruzar.

Clark conoce a varios coyotes y, según dijo, le han platicado que están a la expectativa de lo que vaya a pasar. Si hay una legalización, si van a venir más migrantes con ese anuncio o si tendrán que empezar a buscar nuevas rutas para cruzar a sus "clientes" .

"Si el cruce es fácil, el costo es menos, como era Tijuana-San Diego antes de 1994, cuando se cobraban 300 dólares, pero cuando se volvió más difícil, al dirigirse las rutas hacia Tecate y Mexicali, los precios se dispararon y llegaron hasta los 1,200 y 1,500 dólares" , dijo Víctor Clark.

Como investigador y presidente del Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Jorge Santibáñez Romellón escribió recientemente en un artículo titulado Una frontera que se nos escapa, que con la entrada del Operativo Guardián en el extremo noroeste de la frontera los flujos se empezaron a desviar hacia el este, provocando que los migrantes cruzaran por el desierto y las montañas y los polleros comenzaran a cobrar mil o 1,500 dólares, cuando antes cobraban 250 dólares por decirles el lugar por donde debían correr.

"Por consiguiente, para el 2001 había nuevas rutas migratorias que atravesaban el estado de Sonora, y entonces ya hablábamos de polleros que cobraban hasta tres mil dólares por el trayecto. ¿Qué hizo México entonces? La respuesta es que casi nada, ni por los migrantes ni por evitar la transformación del pollerismo en crimen organizado" , criticó Santibáñez.

Economía informal

Las medidas aprobadas por el gobierno de Estados Unidos también afectarían a la economía informal de los pueblos fronterizos.

"Antes, el 45% de los migrantes llegaba a Tijuana, ahora ese porcentaje está muy disminuido, pero había una economía que dependía de ellos, como los hoteles de paso, los policías que extorsionaban, líneas aéreas, de autobuses, restaurantes, fondas y loncherías" , comentó Víctor Clark.

Así como le sucedió a la Zona Norte, el sitio donde todavía suelen reunirse polleros y migrantes", área mejor conocida por su famosa calle "La Cawila" (el nombre real es calle Coahuila, pero aquí se pronuncia de esa forma), le sucederá a los pueblos fronterizos de Arizona.

"Antes, por el volumen en que venían los migrantes, había muchas loncherías, pero ya desaparecieron varias", dijo. "Por eso, lugares como Sásabe [pueblo en el desierto de Sonora], asumo que se convertirán en un lugar con menos cruces... habrá nuevos puntos de referencia para cruzar y la economía que se había desarrollado ahí se va a ver afectada".

Afuera de la lonchería "Aquí te espero", en la Zona Norte, junto al hotel César donde han pasado la noche, un grupo de seis migrantes esperan al pollero. No quieren hablar. Son desconfiados. Apenas si logran decir que van para Los Ángeles. "A rifársela". Unos minutos más tarde llega su contacto. Tampoco quiere hablar con el pretexto de que trae prisa. Y se van.

Frontera sellada

Víctor Clark mostró unas fotografías. Son de 1991. En una de ellas se observa el sitio conocido como "El Bordo" , por donde solían cruzar los migrantes en Tijuana. Se observan más de cien en espera de cruzar. Otras dos fotos son del Cañón Zapata, esas captan a unas 200 personas que esperan del lado mexicano para iniciar la carrera a territorio gringo, cuando en esa zona todavía no se colocaba la barda metálica que hay actualmente.

Por "El Bordo" ya casi nadie cruza. Los que ahí se la pasan, de 10 a 15, son quienes no tienen dinero para pagar al coyote y no quieren arriesgarse solos por la zona de montaña. Prefieren estar ahí a ver si sale una oportunidad, pero mientras están ahí, muchos de ellos caen en las drogas, porque esa zona se ha convertido en un foco de adictos a la heroína.

Ahora por Tijuana son muy pocos los que cruzan. Tal vez unos cuantos se les escapen a la Patrulla Fronteriza. Pero prácticamente, consideró Víctor Clark, la frontera está sellada.

"Al construir barreras se provoca que los migrantes busquen cruzar por lugares más remotos y con ello aumenta el número de muertes en la frontera. Y así es, porque así está estructurada la estrategia de la política migratoria, hay un documento que se llama National Estrategic que señala precisamente las proyecciones y cómo las corrientes iban a cambiar de dirección cuando construyeran las bardas", comentó.

La construcción de muros también es una forma de enviar una señal a la sociedad: que la frontera sur estará mejor resguardada y la sociedad mejor protegida de amenazas terroristas, drogas e indocumentados (a quienes también se los incluye como amenaza).

A pesar de que la frontera de Tijuana está sellada, dijo Clark, no se puede decir que esté totalmente controlada, porque por aquí sigue cruzando la droga.

"Por toda la frontera México-Estados Unidos cruza el 65% de la cocaína que llega a ese país", precisó. "Si ese volumen de droga cruza, quiere decir que en la frontera no hay control total... también 400 mil mexicanos indocumentados llegan con éxito a la tierra prometida".

Y agrega: "Esperemos que todo esto obligue a México a elaborar planes para crear mayores empleos en el país".